Llegamos a 2007 y a la pintura actual de Aurora Valero, aún bajo el signo de Pérgamo. “Archipiélagos” ha evolucionado hacia grandes formatos, ya no concebidos modularmente. Ahora el ritmo está inserto en la frenética movilidad de los trazos. Es una vuelta a la energía básica, al origen. El blanco puro ocupa amplias superficies: es el manto de la diosa blanca, la diosa pelágica del mediterráneo, salpicado de trazos: rojos, ocres y negros. Aurora ha vuelto a conjurar a los dioses del mar, y estos pululan por sus cuadros  dejando rastros de su potencia en movimiento.       

    Es una pintura que sigue libándose/derramándose  en el altar de la energía que la posee: la potencia de la materia, el aparente caos en el que sin embargo apunta al norte un orden interno, el compromiso ético, la permeabilidad al cambio y al acontecimiento, su desinterés por las modas efímeras, o como dice Salvador Soria, “la profunda verdad de su pinturas”….

Esta serie evoluciona hasta 2011 con distintas denominaciones: ÁGORA y LABERINTOS.

“He creído en la pintura como en una forma capaz de la transformación del mundo. Hoy, cuando los años me hacen ver desde otros ángulos las realidad, confío totalmente en ella para seguir un estilo de vida y un camino de conocimiento.” 

        Aurora Dixit. Aurora Creat.