En esta última experiencia la música había estado presente durante su realización de manera especial. La suerte o el destino le descubrieron los preludios titulados “Los Inmortales” de Ángeles López Artiga, y al escucharlos, sintió una intensa conmoción. La compositora había interpretado los temas de la poesía de Vicente Aleixandre y el resultado era conmovedor.
Siguiendo su ejemplo se dispuso a trabajar en una fusión de las artes y a su vez interpretó los siete poemas cuyos temas eran: “La Tierra”, “el Aire”, “la Lluvia”, “el Sol”, “la Palabra”, “el Mar” y “el Fuego”, repitiéndolos en tres fases, una musical de ritmo encadenado, otra poética en la que introdujo el empleo del oro y, finalmente, otra pictórica en la que la contundencia plástica se resolvió en gruesos empastes y en gamas reducidas. El resultado final se articuló en 21 cuadros de 2 metros de alto y, en conjunto, por 30 m. de largo y en una experiencia que resultó ser una de las más intensas de su vida. Tres formas artísticas unificadas por la pintura constituyen un testimonio de fusión y un intento de reflexión sobre la interacción entre estas tres formas sensibles.
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1999-2000 | |||||
Serie "LOS INMORTALES" |