Un aterrador encuentro con la muerte marcó su tercera serie entre 1966-67. El vacío que la invadió, aumentado por las lecturas existencialistas de Sartre  y de Camús, contribuyó a desestabilizar su realidad. Situada en  el límite entre lo urgente y lo infinito, entre lo necesario y lo intangible, sintiendo el vértigo de lo contradictorio y acosada por una conciencia delirante, reaccionó, y compuso  la nueva serie con símbolos, cuya trascendencia, para ella, se relacionaba con otras regiones del alma y de la metafísica.

 

Las preguntas últimas ¿quiénes somos? ¿a dónde vamos? ¿de dónde venimos? aumentaron su angustia y la llenaron de presencias filosóficas que tomaron el nombre de “Condicionamientos”. Símbolos y estructuras geometrizantes aludían a mecánicas infinitas y a alienantes repeticiones de elementos sin límite.

 

 

       
    1967    
    "Condicionamiento"    
    170 x 150 cm.    
    Tec. mix./lienzo.